5 pasos para dejar el vicio
1. Concentrarse en el desarrollo de un hábito positivo, más que luchar contra el mal hábito.
El luchar contra un mal hábito y la preocupación que eso le genera, lo que hace es alimentarlo más, y todas sus fuerzas se están perdiendo en un forcejeo que no conduce a nada. Por eso es mejor que en vez de gastar sus fuerzas en ello, mejor enfóquese en la virtud contraria. Si un hábito le está quitando la salud, concéntrese en una actividad como hacer deporte que le de salud. Si usted come mucho, es mejor una actividad que le ayude a reducir, y no en dejar de comer.
Es más fácil cultivar un nuevo hábito, que dejar de hacer algo que lleva años, ya que se necesitaría quizás años para dejarlo de hacer. El controlarse en un vicio es viable cuando el hábito no lleva tantos años en nuestra conducta.
2. Eleva tu nivel, y no necesitarás del vicio.
Muchas veces los hábitos incontrolables se vuelven adicciones, sencillamente porque en ellos encontramos un refugio, una recompensa inmediata ante las constantes situaciones que nos genera inconformidad. Lo mejor que podemos hacer es llegar a un estado donde disminuyan los inconformismos. Por ejemplo si usted entro al vicio del alcohol debido a los problemas familiares, si usted vive con mucho estrés, y de un momento a otro le resultará un viaje para trabajar a otro país y con mejores condiciones, de seguro estos malos hábitos sería más fácil de abandonar, ya que no existiría la situación de inconformismo que alimenta esos malos hábitos. Lo que quiero decir es que el concentrarnos en mejorar nuestras condiciones en cualquier aspecto, hace disminuir la ansiedad para con los vicios.
Si usted no puede con un mal hábito, una mala situación, entonces mejore las demás condiciones que si pueden, que la fuerza de estas le ayudarán a vencer aquello en lo que es frágil.
3. Intensión firme y recordar lo que debes de hacer.
No puede haber ningún cambio si no hay intensión de hacerlo. No asuma una posición negativa o de que no se puede ante las cosas. Usted puede estar derrotado en todos los aspectos; pero no permita que esto llegue a su mente. Si usted piensa que contra algo no se puede hacer nada, ya usted declaro su derrota; pero si mantiene en su mente la intensión de que se puede, entonces es más probable que lo logre. En la superación de sus dificultades personales esta la muestra y aplicación de todo su capacidad y talento.
Debe de anclar en su mente la idea de superar el vicio, la cual se pierde entre tantas cosas por hacer a diario. Debe de adquirir el hábito de repetirse lo que quiere lograr. Por increíble que parezca la razón por la que no hacemos muchas cosas, es porque se nos olvida. Así que acostúmbrese a repetir lo que debe de hacer, antes de levantarse, y en algunos momentos del día, de esta manera, lo tendrá fijo en su mente, y será más fácil de que lo haga.
4. Aprenda a relajarse y a respirar bien.
La próxima vez que sienta el impulso, el deseo, el desenfreno, por dejarse llevar por un vicio, respire lenta y profundamente, cuente hasta 10.
5. Aprender a cultivar el Autocontrol y las metas.
Una de las cosas que puede llevar a un hombre a la cima es saber hacer lo que tiene que hacer, y no hacer lo que no debe. Esto no es tan difícil como parece, simplemente debemos aprender a incluir en nuestra vida ciertos hábitos que si somos capaces de hacer, de manera progresiva. Si nos acostumbramos a hacer algo diario, en unos meses habremos hecho algo grande sin apenas percibirlo.
Todavía funciona eso de las metas. Es tomar algo sencillo, y lograrlo en un tiempo determinado. Así sea por ejemplo; esforzarse por fumar una cierta cantidad exacta de cigarrillos al día, ver televisión solo una hora, no abrir el Facebook mientras está trabajando, no comer sino hasta la hora del almuerzo. Es decir, proponerse metas alcanzables, no muy difíciles, y si lo hace diariamente entonces al pasar los meses se dará dé cuenta de lo mucho que ha progresado. Si usted tiene un hábito desde hace tantos años, entonces para dejarlo, debe ser gradualmente, sin desesperos, porque en estos casos, la ambición te puede jugar una mala pasada.
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